El Primer Mapa de los fondos Marinos

Comenzamos nuevo año de publicaciones volviendo al tema cartográfico con un tema muy interesante y poco conocido. Ya he hablado en el blog sobre la geomorfología submarina pero ¿Cómo comenzó su estudio? ¿Y cuáles fueron las consecuencias?

Un mapa marcaría un hito para la ciencia, pero también en otros campos.

Como podemos ver en cualquier mapa anterior al siglo XX, los Océanos aparecen representados por su superficie, en unas ocasiones como una masa azul informe y otras veces con representaciones de olas y adornos, especialmente rosas de los vientos, monstruos y criaturas fantásticas; todos ellos muy interesantes desde los puntos de vista artístico y mitológico, pero nada informativos desde el punto de vista científico.

Con el progreso científico se fueron conociendo mejor las cosas, pero no sería hasta la llegada de la Guerra Fría cuando los intereses políticos y una serie de circunstancias asociadas a la II Guerra Mundial, juntaron a una serie de personas muy válidas y les dieron el impulso para cambiarlo todo.

Marie Tharp

Poniéndonos en contexto, la II Guerra Mundial implicó que una gran cantidad de los varones de EEUU tuvieron que partir al frente dejando la economía falta de mano de obra, por lo que se alentó a las mujeres a acceder a trabajos que hasta entonces había estado monopolizados por los varones para así llenar el vacío.

Una de las mujeres que emprendieron el camino de la cualificación fue Marie Tharp. Nacida en 1920 en Ypsilanti (Michigan) hija de un agrimensor y prospector de suelos al que ella misma describió como “hombre de trabajo sobre el terreno” y, según sus propias palabras, le dijo que buscara en trabajo que no solo fuera capaz de hacer, sino también de disfrutar.

Tharp aprendió de su padre las nociones básicas de la elaboración de mapas y consiguió un grado en inglés y otro en música en la Universidad de Ohio. Aprovechó el contexto que daba oportunidades a las mujeres y obtuvo en 1944 un máster en Geología en la Universidad de Míchigan que la permitió entrar un proyecto e detección de bolsas de petróleo como una de las primeras “Petroleum Geology Girls”.

Tras el fin de la II Guerra Mundial consiguió seguir trabajando en la industria petrolífera pero parece que ello no la hacía sentirse realizada y se graduó en matemáticas en la Universidad de Tulsa, después de lo cual encontró trabajo en la de Columbia.

En aquel momento Maurice “Doc” Ewing (1906-1974) se había convertido en profesor titular de la Universidad. Ewing es considerado el gran pionero de la Geofísica y fue responsable del desarrollo para la armada de un sistema de medición constante de la profundidad oceánica a través del sónar y el canal SOFAR.

En aquel contexto de Guerra Fría, las profundidades oceánicas eran vistas como otro posible campo de batalla y Ewing fundó el Laboratorio Geológico Lamont con el objetivo de mapear el fondo del Océano utilizando los datos obtenidos con sus estudios.

Por supuesto, buscó a alguien que pudiera ocuparse de la faceta cartográfica propiamente dicha y Marie Tharp vio entonces su oportunidad, parece que a Ewing le pareció una gran idea. Según parece, durante una entrevista en 1948 la única pregunta que Tharp tuvo que contestar fue “¿Sabes dibujar?”. Así entró en el laboratorio a fin de trazar un mapa sin precedentes.

El trabajo Ewing había aportado muchos datos pero harían falta más y entonces Marie Tharp no pudo embarcarse a recogerlos porque en aquellos tiempos las mujeres no podían participar en campañas oceanográficas. Se les habían abierto algunas puertas a las mujeres, pero otras seguían cerradas.

Así que Tharp se buscó un compañero en la persona del geólogo Bruce Charles Heezen, el cual participó en numerosas campañas oceanográficas obteniendo los datos necesarios para el desarrollo del mapa del Atlántico Norte.

La cartógrafa no se conformó con los datos de su aliado y utilizó datos de otras expediciones y sismógrafos submarinos.

Con estos datos Marie Tharp comenzó a trazar el mapa, comenzando por una serie de perfiles verticales que describió como “seis cintas de luz” en un vacío oscuro. Fue un trabajo minucioso, se ha dicho que aburrido, artesanal y científico al mismo tiempo. Al desarrollar estos perfiles Tharp descubrió que todos ellos repetían un mismo perfil con una especie de V invertida con una hendidura en el centro que le recordó mucho al Rift de África.

Seis cintas de luz

Marie Tharp acababa de descubrir nada menos que la dorsal mesoatlántica, uno de los mayores accidentes geográficos del Planeta. Sin embargo, su colega Heezen no consideró que el descubrimiento fuera relevante, lo consideró “cháchara femenina” y le aconsejó recalcular y volver a dibujar. Después hacer ambas cosas, el rift seguía allí.

En 1953 el tándem Tharp-Heezen tuvo que cambiar su proyecto de un mapa batimétrico por otro fisiográfico porque el Pentágono consideraba que aquellos podían dar información al enemigo sobre puntos estratégicos. Muy pronto descubrieron que el mapa fisiográfico tenía ventajas como ser más visual.

Ese mismo año Heezen fue contratado por Laboratorios Bell con el objetivo de construir un cable submarino entre Europa y EEUU, lo cual les reportó todavía más recursos. Y también se realizaron estudios con el objetivo de situar los epicentros de los terremotos. Que estos se situaran mayoritariamente sobre la línea de la dorsal hizo a Heezen reconocer que su compañera tenía razón y a trabajar con ella en el estudio de la dorsal.

Mapa Fisiográfico del Atlántico Norte

Finalmente, en 1957 Tharp y Heezen publicaron el primer Mapa Fisiográfico del Océano Atlántico Norte a una escala 1:100.000. Utilizaron todos los datos disponibles y tuvieron que llenar los vacíos con extrapolaciones.

La conclusión de los creadores del mapa fue muy importante: en la depresión en el centro de la dorsal emerge el magma dando lugar al fondo del mar y separando con ello los continentes y eso era revolucionario porque en aquellos momentos la teoría de la Deriva Continental propuesta por Alfred Wegener era considerada como una herejía.

Ahora tocaba convencer a la comunidad científica y ese mismo año Bruce Heezen presentó sus descubrimientos en una conferencia que el público aplaudió. Sin embargo, Tharp afirma que la reacción de la comunidad científica fue del asombro al escepticismo llegando al desprecio.

Muchos se resistieron a reconocer la existencia de la dorsal y entre ellos podemos encontrar al famoso Jacques Custeau, el cual afirmó en una conferencia de Heezen que realizaría una filmación de los fondos del Atlántico que demostraría que Tharp se equivocaba. Realizó una expedición a bordo del Calypso tomando imágenes del fondo del mar en las latitudes donde el mapa señalaba las mayores alturas y depresiones de la dorsal.

Bruce Heezen

Para su sorpresa, el rift de la dorsal estaba donde Tharp y Heezen lo situaban y, cuando presentó la película en 1959, supuso el espaldarazo definitivo a la información presentada en el mapa fisiográfico.

En 1999 Tharp declaró que “Tiene razón el viejo cliché de que vale más una imagen que mil palabras y que ver es creer”.

Aún tendrían que pasar años de que la nueva teoría de la Tectónica de Placas diera una explicación coherente que fuera aceptada por la comunidad científica y sin la que creo que no podríamos comprender la geología y geografía en la actualidad, pero el trabajo de Marie Tharp y Bruze Heezen fue indispensable para demostrar que la Deriva Continental tenía una base real.

El tándem siguió cartografiando los Océanos, con el mapa fisiográfico del Atlántico Sur, seguido por el Índico y concluyendo en 1975 con el Mapa Fisiográfico del Océano Antártico.

Con todo esto y el patrocinio del Departamento de Investigación Naval y de Nathional Geographic comenzaron el trazado de un mapa global del fondo oceánico que concluyó en 1976 y fue publicado en 1977. Para la realización de esta carta, Tharp hizo equipo de con artista, oceanógrafo y cartógrafo austríaco Heinrich C. Berann, con el que volcó en su faceta divulgadora desarrollando una escala de colores para hacer más visual el mapa: rojo zonas volcánicas, azul celeste llanuras abisales, púrpura las dorsales…

Bruce Heezen no llegó a ver publicada la obra pues murió pocos meses antes de la publicación durante una campaña de investigación sobre la dorsal en Islandia.

Además, Nathional Geographic no quiso publicar el mapa, que fue publicado por el Departamento de Investigación Naval y actualmente está el Biblioteca del Congreso de EEUU. NG acabó por publicar en 1977 una pintura de Berann basada en el mapa original.

Otra versión del mapa fue publicada por el francés Tanguy de Rémur a escala 1:40.000 plasmando el trabajo de Tharp y Heezen sobre una proyección de Mercator.

Estas obras son consideradas a día de hoy el paradigma de la cartografía oceánica, base para la navegación moderna e incluso Google Earth se ha basado en él. También hay geólogos y cartógrafos que reconocen haberse sentido inspirados por estos mapas.

Y aquí os voy a reconocer que yo soy uno de ellos. Aunque al final me decanté por la biología, la representación del mapa en mis libros del colegio me influyó muy profundamente.

Tras la muerte de su compañero, Marie Tharp siguió trabajando en la cartografía oceánica, disciplina de la que se considera fundadora, hasta su muerte en 2006 a los 86 años.

Aunque su trabajo era eminentemente científico, Tharp no renunció a consideraciones artísticas. Comparó los trazos de Berann con los de Leonardo da Vinci y en algunos mapas quiso incluir sirenas o pecios al estilo de los cartógrafos antiguos, Heezen no estuvo de acuerdo con esto.

En un artículo publicado en 1999 “Unir los puntos: mapear el fondo marino y descubrir la dosal mesooceánica” Marie Tharp declaró sobre su trabajo en cartografía oceánica: “Muy pocos han vivido una experiencia así en sus vidas. El Mundo al completo se extendía ante mí –o al menos el 70% del que permanece cubierto por los océanos–. Se me ofrecía un lienzo en blanco para llenar con extraordinarias posibilidades, un rompecabezas fascinante por montar: cartografiar el vasto y misterioso fondo oceánico planetario. Era una oportunidad única –única en la historia del mundo– para cualquiera que fuera el elegido, pero resultaba especialmente maravillosa para una mujer de la década de 1940. La naturaleza de la época, el estado la ciencia y los acontecimientos de la macro y microhistoria, lógicos e ilógicos, se habían combinado para hacerlo posible”.

Mapa de Tharp y Berann

A pesar de su valiosísima aportación a la ciencia, en los mapas publicados entre 1959 y 1963 no apareció el nombre de Marie Tharp ni tampoco se le reconoció el mérito de ser la descubridora del rift de la dorsal mesoatlántica.

De hecho, a Bruce Heezen no le gustaron las investigaciones por cuenta propia de su compañera, cosa que criticó abiertamente. No porque él fuera hostil a la Deriva Continental sino que le molestaba que un trabajo tan importante fuera obra de una mujer.

Sin embargo, en 1965 Marie Tharp por fin pudo participar personalmente en una expedición oceanográfica y en 1978 Tharp y Heezen (este póstumamente) recibieron la medalla Hubbard, la mayor distinción de la National Geographic Society, concedido a figuras de Ernest Shacleton o Jaen Goodall.

Así comenzó el reconocimiento merecido al trabajo de Marie Tharp. De hecho, en un artículo publicado en The Conversation en julio de 2020 con motivo del 100 aniversario del nacimiento de la ilustre cartógrafa, la profesora de la Esleyan University Suzanne O’Connell afirmó que Marie Tharp debería ser tan conocida como Jane Goodall o Neil Armstrong.

Bibliografía:

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