Los Dioses del Mar I: Mesopotamia y Oriente Medio

Aquí comienza una serie de entradas de contenido mitológico dirigido a los dioses de los mares. El mar es una de las fuerzas naturales que más han fascinado a los humanos desde el principio de los tiempos, así que ha sido la morada de algunas de las más extrañas e interesantes divinidades que la imaginación colectiva ha sido capaz de idear. Prácticamente todas las culturas han tenido uno dios del mar (de hecho la mayoría ha tenido varios) que representaba su manera de comprender el mundo y los mares.

Así que preparados para viajar por distintas culturas y sus maneras ver el mar.

Mitología Mesopotámica

La mitología de la zona del Creciente Fértil tuvo como base la cultura sumeria que fue sucedida por babilonios, asirios, elamitas y otros… con influencias de pueblos como caldeos, kasitas o elamitas. De modo que es bastante diversa y compleja.

Pero curiosamente mantuvo una suerte de cuerpo mitológico estable donde algunas de sus divinidades eran patronas de una zona determinada. Así, Assur era el dios principal de los asirios y Marduk el de los babilonios.

Dentro de este cuerpo mitológico común, la idea de la humedad está asociada con un gran “río amargo” que rodea la tierra y que en el primer milenio antes de Cristo se representaba en las tablillas que representaban el mundo.

Mitológicamente se refería como Abzu o Apsu, el abismo acuático. El nombre sumerio Abzu se podría traducir como “Océano Profundo” o “Conocimiento Profundo”.

El mundo según los babilonios, rodeado por el "río amargo" o Apzu
El mundo según los babilonios, rodeado por el «río amargo» o Apzu

Como concepto, Apsu hacía referencia a las grandes masas de agua y había surgido del abismo primordial. Como dios, Apsu era el dios de las aguas dulces y acuíferos subterráneos y estaba casado con Tiamat, que representaba el agua salada.

Tiamat se puede traducir como “Madre de la Vida”, pero era una especie de diosa-monstruo. Junto a su marido Apsu formó una de las primeras parejas de dioses y fue progenitora de muchos otros dioses. Pero, conforme los dioses se seguían reproduciendo, Tiamat y Apsu se sintieron molestos por su presencia y los atacaron para reducirlos.

Entonces entró en acción un dios al que los sumerios llamaban Enki (“Señor de la Tierra”) y los acadios Ea (“Templo del Agua”). Se trata de un miembro de la trinidad primordial asociado con la sabiduría y las artes que formaba con Anu y Enlil la trinidad primordial. Se le atribuye vivir en el Apsu (abismo de agua) antes de la aparición de los humanos, pero no sabemos si ya residía en él antes de someter al dios.

Enki/Ea sometió a Apsu con un conjuro y, sin su pareja, Tiamat fue derrotada por Marduk (hijo de Ea y Damkina), al que los demás dioses habían entregado sus poderes y quedó como dios principal.

Así, Enki/Ea quedó como señor de todas las aguas y tuvo parte importante en los mitos mesopotámicos.

Por ejemplo, en el mito mesopotámico del diluvio hay consenso en que Ea discute con el dios terrestre Enlil sobre cómo castigar a los humanos con sus crímenes. Enlil decide enviar un diluvio que aniquile a todos los humanos pero Ea se apiada y advierte a un hombre hijo del rey de Shuruppak (llamado Atrahasis o Utanapishtín según la versión) del diluvio y su duración (7 días) y le ordena que construya una barca de 120 codos de alto en la que refugiar sus riquezas, familia y animales.

Enki/Ea rodeado por los remeros del "Índice del Apzu"
Enki/Ea rodeado por los remeros del «Índice del Apzu»

En el mito de la creación del hombre hay diferentes versiones que atribuyen la creación del primer humano (de nombre Adapa) o bien a Ea o a su hijo Marduk con barro y sangre de los dioses. Fuera cual fuera el creador, Adapa fue el primer humano y reinó en Eridú.

Más tardío es el Mito de Enki y Ninhursag, relatado en tablillas de la época de UrIII y la primera Babilonia. Narra cómo Enki bendijo la tierra de Dilmun a petición de Ninsikil haciendo que brotaran aguas subterráneas y navíos de Turkic que trajeron oro y piedras preciosas. En este relato también se atribuye a Enki relaciones incestuosas sus hijas hasta que Ninhursag (la tierra) lo ataca con enfermedades hasta que ambos se reconcilian con la intercesión de Enlil.

El culto de Ea/Enki era importante en toda Mesopotamia, contando con un templo en central en Eridu, donde se le refería como Enki Nudimmud (“hacedor”). Y entre las constelaciones Capricornio (que combinaban los dos atributos de Ea, el carnero y el pez) y Acuario estaban consagradas a Ea/Enki.

Dentro de su asociación con el mundo acuático, se le atribuye la creación de los apkallu (“gran hombre del mar”), espíritus sabios en parte humanos en parte pez que aconsejaban a los humanos.

Así, en la mitología de Mesopotamia nos encontramos con tres dioses primordiales de las aguas: Apsu, que es la personificación de las aguas, Tiamat, como diosa-monstruo, y Enki/Ea como dios primordial asociado a los secretos antiguos que se hace con el poder en detrimento de los otros dos.

Hititas y hurritas

Durante el segundo milenio antes de cristo prosperaron culturas indoeuropeas junto a las semitas en la zona a Anatolia y Siria. Aunque la máxima expresión de su poder e influencia fue el Imperio Nuevo Hitita, siguieron existiendo en siglos posteriores en los estados neohititas de Siria y el reino de Urartu.

Se considera que los hititas tuvieron una cierta influencia sobre los griegos y que los kurdos actuales están emparentados con los hurridas.

Estos pueblos mantuvieron un importantísimo intercambio cultural con las culturas mesopotámicas, de modo que su cultura y su mitología estaban muy influidas por estos pese a su carácter propio.

A día de hoy no podemos establecer un retrato completo de la mitología hitita a pesar de conocer bastantes mitos y bastante de su cosmogonía.

Sabemos que los hititas adoptaron a los dioses de todos los pueblos que se encontraron hasta el punto de definir su panteón como el de “Mil Dioses”, también que creían que la disputa por el poder entre las generaciones de dioses había concedido el poder primero a Aplu, que fue destronado por Kumarbi y este por su hijo Teshub el dios de las tormentas. Se cree que este mito es el prototipo de la mitología griega.

En general, su literatura fue multicultural e hizo propias muchas tradiciones de otros pueblos.

Los "Mil Dioses" marchan unidos
Los «Mil Dioses» marchan unidos

¿Cuáles eran los dioses acuáticos de este amplio sistema? Pues hay un curioso detalle: los hititas prácticamente nunca se acercaron al mar hasta su imperio nuevo y sus ríos no eran buenos para la navegación. Esta falta de interés por los mares ha asombrado durante décadas a los estudiosos.

Dentro de su tradición multicultural, los hititas adoptaron a Ea como dios primordial de los mares. Este dios asesoraba a los dioses más poderosos y se le atribuye ayudar a derrotar al monstruo Ullikumi.

El dios del mar nativo de los hititas es llamado Aruna, al que se ha considerado como procedente de la época prehitita. Su nombre significa “mar” en la lengua de los hititas y era hijo de Karumsepa, la diosa mágica de la medicina.

Aruna ha sido comparado con el dios védico Varuna y esto le da un cierto carácter negativo ya que Varuna simbolizaba en cierto modo el caos de los cielos, responsable de tormentas y rayos. Teniendo en cuenta el modo en que los hititas se apartaron del mar, no es nada descabellado.

En el conflicto por el poder, Aruna se alió con Kumarbi y le entregó una de sus hijas para que engendrara al gigante de piedra Ullikumi. Pese a la derrota de este, Aruna no perdió su poder y en el siglo XIV a.C. su nombre aparece como garante de paz en un tratado entre hititas y hurritas.

A día de hoy no podemos establecer el reparto de poder (en caso de haberlo o de haber uno solo) entre Ea y Aruna por los mares. Teniendo en cuenta el escaso papel que jugaba el mar en el mundo hitita es posible que no le prestaran mucha atención.

El recorrido posterior de Ea/Enki

Como dios primigenio de las aguas, Ea/Enki tuvo una honda influencia en los pueblos de Oriente Medio.

Así, su presencia entre los dioses hititas como dios del mar y la sabiduría podría haber influido en el dios primigenio griego Océano del que hablaremos más adelante.

Más cercana nos parece la tremenda influencia que ejercieron sus proezas sobre el judaísmo primitivo, siendo reemplazado por el dios abrahánico en las epopeyas de la creación y del diluvio.

En este sentido es interesante la idea que relaciona a Ea/Enki con el padre de los dioses sirios «El», del cual deriba el dios único judeo cristiano hasta el punto de relacionarlo con la acepción de El-Elyon que bendice a Abraham y se define como «Creador del Cielo y la Tierra» en Génesis 14-18.

Hay una teoría, prublicada por Kramar en 1986, que afirma que Ea/Enki sería un superviviente del primer período mesopotámico (definido como «Obeiano») que antecede a la llegada de los semitas.

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