Hafgufa y Lyngbakr, ballenas gigantescas de la mitología nórdica

Dentro de la mitología escandinava, quizá la más famosa después de la griega, hay numerosas criaturas que han llegado a ser muy conocidas gracias a la ficción pero también hay otras menos conocidas que aun así son muy interesantes.

Una de ellas es Hafgufa (también conocida como Havguva, Havgumsen o Havstramben) cuyo nombre significa “Vapor del Océano” que quizá sea el monstruo marino más masivo de esta mitología y tiene ciertas semejanzas con la Ceto griega.

Tenemos dos fuentes información sobre ella: el Konungs skuggsjá en Noruega y la saga de Övard-Odds en Islandia.

En la primera el rey cuenta su hijo que numerosas ballenas (descritas como peces, que era lo que se creía que eran por aquel entonces) habitan el mar de Islandia pero que existe una tan grande que puede ser confundida con una isla cuando está en la superficie y a la que él mismo teme. Afirma que raramente se la ve pero aparece en dos lugares. Especula que existen dos de estas criaturas y que deben ser infértiles o el mar estaría lleno de ellos.

También nos describe su forma de alimentación: el pez emite un eructo que llena de alimento el agua dentro de sus fauces, cuando se han reunido suficientes presas cierra la boca y las engulle.

En la versión islandesa se la describe como la madre de todos los monstruos marinos, que se alimenta de todo lo que puede capturar incluyendo ballenas y barcos. La única descripción que se nos da de su aspecto menciona que cuando la marea baja su nariz puede surgir del agua y ser confundida con dos rocas enormes.

De hecho, en una navegación Örvar-Oddr descubrió dos enormes rocas y una isla en mitad del mar, cuando envió a unos marineros para explorarlas, desaparecieron. Uno de sus oficiales, llamado Vignir, le dijo que deberían ser dos temibles monstruos marinos: Hafgufa y su compañera viajes, Lyngbakr.

Esta última (cuyo nombre significa “lomo de brezo” o “brezo en el lomo”) era considerada como la mayor de todas las ballenas. Era tan masiva que los navegantes podían confundir su lomo cubierto de brezo con una isla y desembarcar en ella, entonces se sumergía arrastrándolos al abismo para devorarlos. Aunque también se decía que no necesitaba que desembarcaran pues al sumergirse generaba un remolino que arrastraba los barcos.

Existe una narración en la que se libra una batalla en el lomo de Hafgufa y el vencedor decide incinerar los cadáveres de sus enemigos. El fuego logró lo que no logró la batalla: despertar al monstruo que se sumergió. Los supervivientes de la batalla lograron escapar a duras penas.

Resumiendo todo esto, podemos decir que los nórdicos que vivían entre Noruega e Islandia creían que existían dos ballenas o peces (recordemos que en aquellos tiempos se creía que las ballenas eran peces) de talla monstruosa que habitaban en las aguas entre ambos lugares y podían moverse también a Groenlandia.

Lyngbakr era la mayor de todas las ballenas, la ballena-isla, y Hafgufa era la madre todos los monstruos marinos, lo cual la hace equivalente a la Ceto clásica, monstruo masivo madre de monstruos.

Sin embargo, en 1752 el obispo Gunnerus de Trongheim identificó a Hafgufa con el Kraken, que tenía una naturaleza más tentacular.

Entre los tres, formaban una temible tríada de monstruos marinos que representaban los peligros de los mares pero encontrarlos también podía tener cosas buenas pues sobre sus lomos se concentraban los peces, haciendo la pesca generosa.

Sobre el origen de los mitos se ha sugerido que la idea del “vapor delos mares” que salía de Hafgufa podría estar relacionado con los volcanes marinos del mar islandés mientras que otra afirma que es posible que ambos monstruos pudieran haber sido inspirados por el Aspidochelone, extraña criatura que aparece en los textos clásicos tardíos.

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