¿Las Orcas cazan cachalotes?

Menuda pregunta. Ya hemos visto lo que pasa con los tiburones ballena, ¿Willy se atreve con Moby Dick?

Durante mucho tiempo se consideró que debido a su gran talla, fortaleza, poderosas mandíbulas con dientes, sus grandes capacidades de inmersión y posible comportamiento agresivo, los cachalotes adultos estaban libres de la amenaza de depredadores. A. A. Berzin, considerado una autoridad en cachalotes, afirmó en 1972 que “De hecho, los cachalotes no tienen enemigos en el océano (excepto a los humanos)”.

Esta idea de la invencibilidad de los cachalotes se vio reforzada por avistamientos de ataques por parte de calderones (Globicephala macrorhynchus), falsas orcas (Pseudorca crassidens) e incluso orcas (Orcinus orca) que fueron un fracaso.

Pero posteriores observaciones han demostrado que la respuesta es sí: existe una depredación activa de cachalotes por parte de las orcas, sobre la cual que se han realizado varios estudios que voy a revisar en esta entrada.

Hay que tener en cuenta que los cachalotes (Physeter macrocephalus) son mayores entre los odontocetos y entre los depredadores con dientes, pero las orcas son el depredador en la cúspide de las redes alimentarias del mar, además del más extendido geográficamente.

¿Qué sucede cuando se enfrentan estos dos gigantes?

Observaciones

Hay dos estudios muy interesantes sobre este tema.

El primero fue publicado en 2001 por Sarah Mesnick et all y describe tres encontronazos entre orcas y cachalotes documentados.

Primer avistamiento

Tuvo lugar el 21 de Agosto de 1989 aproximadamente a 1.100 km al suroeste de Acapulco, México, en aguas de 3.700 m de profundidad.

El equipo avistó en un primer momento un grupo de aproximadamente 65 calderones y 15 delfines mulares nadando a gran velocidad. Pocos minutos después avistaron un grupo de aproximadamente seis orcas aproximadamente 2 – 3 km de estos delfines. Y luego apareció un grupo de ocho cachalotes (incluyendo al menos una cría) entre las ballenas piloto y el barco.

Los cachalotes nadaban en paralelo muy juntos, “hombro con hombro”, y los calderones y delfines pusieron rumbo hacia ellos. Entonces los cachalotes se organizaron en una formación de “margarita” o “roseta” que consistía en una formación circular en la que las cabezas están juntas y las colas hacia el exterior.

Los calderones me movieron entre ellos mientras que los delfines mulares formaron un grupo denso al lado de la roseta.

Los cachalotes mantuvieron la formación de roseta hasta que el barco de los exploradores se aproximó a 50 metros de ellos, entonces rápidamente la disolvieron y se sumergieron. A los pocos minutos los calderones y delfines comenzaron a saltar del agua.

Las orcas volvieron reaparecieron en la distancia y calderones y delfines volvieron a dirigirse a los cachalotes, que habían regresado a la superficie pero no formaron una roseta sino un grupo en paralelo con los calderones antes de volver a sumergirse. En ese momento la lluvia impidió seguir la observación.

Weller et al sugirieron que los cachalotes formaron la roseta como reacción a los calderones, mientras que los observadores interpretan que los calderones y delfines detectaron a las orcas y buscaron refugio entre los cachalotes, que reaccionaron a las orcas formando una roseta y al barco de los observadores sumergiéndose. Viendo la situación las orcas consideraron que no valía la pena atacar.

Segundo avistamiento

Probablemente el más espectacular, tuvo lugar el 21 de Octubre de 1997 a aproximadamente 130 km de Morro Bay, California, en aguas de 4.400 m de profundidad.

A las 7:05 h el grupo de Mesnick recibió la notificación de un ataque de orcas a cachalotes, por lo que se pusieron en camino y llegaron al lugar con el ataque comenzado, estando presente una gran mancha de sangre y de grasa en el agua.  

Nueve cachalotes, estimaron que hembras jóvenes y subadultas de entre 7 y 10 m, formaban una roseta que era asediada por orcas. A partir de las fotografías hechas, se consiguieron identificar 17 ejemplares de orcas y estiman que el total de orcas atacantes podría llegar a los 35 ejemplares.

Las orcas atacaban en oleadas, en grupos de cuatro en paralelo, embistiendo a los cachalotes de forma perpendicular justo bajo la superficie. Tras el impacto se sumergían y volvían a la superficie para volver a atacar. Tras varios minutos se retiraban y dispersaban durante 10 minutos antes de volver a atacar.

A Formación de Roseta. B Formación Hombro con Hombro. Contenido subido a Researchgate por Kaara Sami

Aunque esta estrategia de ataque y retirada daba a los cachalotes la oportunidad de reagruparse y recuperar el aliento, los individuos seriamente heridos se iban debilitando.

Conforme pasaba el tiempo, el número de orcas atacantes aumentó hasta doce o más.

Las orcas parecían claramente interesadas en romper la roseta pero, aunque lograron romperla en varias ocasiones, los cachalotes consiguieron volver a formarla. La formación de esta roseta fue su defensa fundamental y nunca trataron de agredir a las orcas atacantes. Sin embargo, en varias ocasiones que las orcas consiguieron separar a un cachalote, otros acudieron en su ayuda.

Finalmente, sobre las 11:00 h las orcas consiguieron separar a dos cachalotes de la roseta, uno de los cuales parecía cerca de morir. Un macho de orca cargó contra ella y la golpeó y cogió entre las mandíbulas para sacudirlo lateralmente y hacerlo girar en la superficie. Otras orcas se lanzaron sobre este cachalote cuando otro acudió a intentar ayudarlo.

Esto causó un choque confuso en el que uno de los cachalotes pereció, los observadores no tenían claro cuál. Las orcas arrastraron e cadáver cerca de un kilómetro antes de comenzar a devorarlo.

Después lo observadores volvieron a buscar a los cachalotes supervivientes pero no los encontraron.

Tercer avistamiento

Este evento tuvo lugar el 26 de Octubre de 1997 cerca de Pt López, California en aguas de una profundidad de 3.800 m.

Sobre las 8:45 h avistaron dos grupos de cachalotes formados ambos por cinco miembros con una cría, separados por un kilómetro.

A las 9:30 h avistaron un grupo de cinco orcas, incluyendo al menos un macho y una hembra adultos, aproximadamente a 1 km del segundo grupo de cachalotes.

Estos cachalotes se sumergieron dejando al juvenil en la superficie pero cuando volvieron a la superficie estaban acompañados por otros ejemplares hasta formar un grupo de 15 individuos. Algunos tenían la cabeza fuera del agua, otros agitaban las aletas y cola.

A las 9:47 una orca hembra adulta dejó el grupo y se acercó a los cachalotes, a los que llegó acercarse nada menos que 3 m. Se vio una mancha de grasa, pero no sangre.

Conforme el número de cachalotes llegaba a 20, estos se agruparon y comenzaron a nadar en la misma dirección. Al menos otros cuatro grupos de cachalotes aparecieron nadando en la misma dirección que el grupo central, que fue adoptando una formación de eje.

La orca volvió a acercarse, causando mucha agitación. Se llegaron a reunir 30 cachalotes.

Hacia las 10:25 h todas las orcas habían dejado la zona y ya no llegaron más cachalotes. En poco tiempo, los cachalotes se habían dispersado y los observadores intentaron localizarlos acústicamente sin éxito.

Cachalotes machos frente al sonido de orcas

Otro estudio interesante fue realizado por Charlotte Curé, Ricardo Antunes et all y publicado en 2013. Lo que hicieron fue exponer a varios cachalotes macho a emisiones en playback de las señales acústicas de orcas transeúntes para comprobar cómo afectaba esto a su comportamiento.

Esto es interesante porque los avistamientos anteriores habían afectado siempre a hembras y juveniles. Los machos de cachalote están segregados de las hembras, viviendo en mayores latitudes y en solitario.

Un orca embiste a un cachalote. Foto de Shawn Heinrichs.

Habían previsto que los cachalotes buscarían evitar a las orcas sumergiéndose (los cachalotes alcanzan y mantienen mucha más profundidad que las orcas) o bien reuniéndose en grupo.

Aunque las respuestas no fueron uniformes, las observaciones fueron las siguientes.

Los cinco ejemplares sujetos del experimento reaccionaron a los sonidos de las orcas reduciendo la duración y profundidad de sus inmersiones. Incluso detuvieron estas para volver a la superficie.

También redujeron considerablemente su producción de clicks acústicos.

Al comenzar el experimento, todos los machos estaban en soledad, pero al comenzar la exposición acústica se observaron comportamientos sociales en tres de los cinco sujetos. Dos de ellos se reunieron con otros individuos y uno comenzó a emitir sonidos sociales conocidos como codas.

Un ejemplar que fue sometido al sonido de las orcas cuando se encontraba solo, detuvo su inmersión para regresar a la superficie, donde otros tres machos se reunieron separados por 50 m, entre todos emitieron una docena de codas. En su siguiente ascenso a la superficie, el ejemplar estaba solo.

Sin embargo, otro ejemplar emitió codas pero no se avistaron otros ejemplares a su alrededor.

Sobre el patrón de movimiento, prácticamente todos se alejaron del foco de sonido, aunque uno regresó cuando la emisión se detuvo.

En resumidas cuentas, los cachalotes detuvieron sus inmersiones para volver a la superficie a pesar de ser capaces de alcanzar profundidades mucho mayores, en las que deberían estar a salvo. Los observadores consideran que fue para ahorrar energía.

Lo que sí hicieron fue agruparse, buscando la protección de un grupo.

Y también redujeron la cantidad de clicks y los reemplazaron por codas. Así pasaron a orientarse a través de la vista en lugar de la ecolocalización. Seguramente temerían que los cliks revelaran su ubicación a las orcas pero se arriesgaron con las codas en busca de ayuda.

Discusión

Tras revisar estos casos podemos afirmar que, en efecto, existe una depredación de los cachalotes por parte de las orcas cazadoras de mamíferos marinos y esta depredación tiene efectos sobre el comportamiento del mayor de los odontocetos.

La táctica fundamental de las orcas consiste rodear a los cachalotes y atacar y retirarse en grupos hasta debilitar a los cachalotes para luego rematarlos.

La táctica defensiva principal de los cachalotes consiste en dos formaciones: la roseta o margarita (con las cabezas hacia dentro y las colas hacia fuera) y una formación de avance en paralelo “hombro con hombro”. Estas estrategias se ven principalmente en los grupos de hembras y crías pero los machos adultos, que son solitarios, también muestran una respuesta social a la amenaza de las orcas cazadoras de mamíferos marinos.

En estas formaciones se han detectado comportamientos altruistas “o todos o ninguno”.

Sin embargo, también se han observado interacciones no depredadoras entre orcas y cachalotes, y también entre orcas y otros cetáceos. Esto podría deberse a que estos cetáceos son capaces de distinguir las señales acústicas de los ecotipos de orcas cazadores de mamíferos marinos de los de los ecotipos piscívoros.

¿Cuál es la importancia ecológica de esta depredación? Pues no he encontrado datos objetivos.

Entre los dos estudios mencionados, el equipo de Mesnick afirma que la depredación por parte de las orcas representa una fuerza selectiva mucho más poderosa de lo que anteriormente se había considerado sobre la historia vital y comportamiento de numerosas especies de mamíferos marinos, incluyendo a los cachalotes. Por el contrario, el equipo de Charlotte Curé considera la depredación por parte de las orcas probablemente tiene un papel limitado en la regulación de las poblaciones de cachalotes.

Resumiendo: la fortaleza, naturaleza social e inteligencia de las orcas les permite dar caza a los cachalotes, pero estos no son presas fáciles y reaccionan ante la amenaza alterando mucho su comportamiento.

Sobre la importancia ecológica de este hecho, son necesarios más estudios.

Bibliografía:

  • Pitman, Robert. Ballance, Lisa T. Mesnick, Sarah I. Chivers, Susan J. “Killer Whale Predation on Sperm Whales: Observations and Implications”. Marine Mammal Science. 2001. Pags 494 – 507.
  • https://www.nature.com/articles/srep01579 

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